Este es el primer poema que le escribí a Marcela, cuando estabamos empezando a construir nuestra historia de amor...
Te conocí en mis sueños,
hasta que te vi,
te reconocí por tu mirada,
por tu perfume y por tu piel,
me quedé en tus párpados
enganchado con mi mirada.
Tiempo tirano que nos separa
que no nos permite compartir,
pero, aunque no siempre
este junto a ti
mis deseos me transforman,
soy brisa que te acaricia
y despeina,
soy rayo de sol,
que te roza y abriga,
soy mirada para siempre
reflejada en tus ojos.
Sos eternamente hada y princesa
habitando en mi corazón